martes, 11 de noviembre de 2008

RUTINARIO

Por alguna extraña razón nos cuesta demasiado salir de la rutina, a veces demasiado.

Algunos dirán que la rutina la creamos nosotros mismos y que uno es el culpable de que su vida se centre en rutinas que cumplir y/o realizar. Quizás en parte tengan razón, pero sólo en parte ya que de una u otra forma nos vemos insertos en un sistema de vida que te absorbe, y que, para bien o para mal día a día crece el número de responsabilidades que cumplir y en ese sentido, la canción es conocida…los plazos tiene fecha de defunción.

Pero este año ha sido extraño, distinto, dinámico!

No viajé en vacaciones de verano por que tenía mucho trabajo planificando actividades y mi obsesividad no me permitió dejar las cosas a medias.
Entonces creí que este año no viajaría y lo pasaría dentro de Arica…error.

Sí, porque me la he pasado viajando…claro, no de vacaciones, pero eso no le quita que no sirvan para desconectarse, para salir de la rutina.

El subirse a un avión y conocer nuevos lugares o volver a visitar lugares conocidos pero poco deambulados (cambiar de aire) y en definitiva, salir de la ciudad a la cual uno conoce casi completamente te eleva y de una u otra forma te saca de la rutina.
Cuando me toca viajar vuelvo a Arica desconectado, a veces viajo por uno o dos días, pero vuelvo como descansado (y eso que no viajo a descansar precisamente) pero salir del lugar que uno conoce te saca por un momento los plazos con fecha de defunción de las neuronas.

Hoy en el aeropuerto, esperando que llamen para embarcar (de hecho estoy escribiendo desde el aeropuerto) me sentía tan como…despreocupado del mundo…a pesar de que leía un libro de psicología de la salud (cumpliendo claramente con mi responsabilidad de estudiar para la prueba de los días próximos) pero pensaba casi que era vacaciones, o que mañana llegaría a dormir laaaaaaaaaaaargo y tendido (¿efecto maletas, niños jugando, olor a aeropuerto?…quizás)…
…eso fue hasta que a lo lejos (segundo piso del aeropuerto de Copiapó) escuche la televisión, en ella daban el último pasajero (ese programa para tomar once dominguera de TVN) y me di cuenta que en Arica a esta hora lo más probable es que estaría tomando once con mi familia, quizás con cami (o quizás ella donde su abuelita) pero estaría en mi casa, haciendo lo que suelo hacer un día domingo por la tarde. Pero no! estaba en otra región, otra ciudad, luego de haber pasado algunos días en La Serena y de vivir nuevas experiencias, conocer nuevos lugares, trabajar, divertirme y sobre todo…sentir que la rutina por algunos días no me tocaba.

Es interesante lo acoplado que está sentirnos insertos en la rutina con el entorno físico, con lo que vemos diariamente, con el clima y el paisaje…y sobre todo, lo fácil que nos desconectamos ( al menos yo) cuando salimos de la ciudad en la cual vivimos (y a la fecha llevo como 15 años en Arica).

Así sin más…llaman para embarcar, sigue el viaje de vuelta, a ver a mi gente, mis amig@s, mis 2 amores, mi familia, mi carrera, mis responsabilidades, pero al mismo tiempo…de vuelta a la rutina que si bien no me disgusta…es necesario sacársela de encima de vez en cuando.

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